

HISTORIA DE
BODEGAS CAVALLA
Cavalla tiene sus raíces en el corazón del Piamonte, una región italiana célebre por su rica tradición vitivinícola. Desde hace cuatro generaciones, nuestra familia ha trabajado incansablemente la tierra, perfeccionando el arte de la vinicultura, siempre guiada por los valores de calidad, dedicación y respeto por la naturaleza.
La cultura del vino en Cavalla está profundamente entrelazada con la gastronomía italiana y la pasión por la buena cocina. En cada botella se refleja una historia familiar que une a abuelos, padres e hijos, todos compartiendo la misma devoción por la viticultura.
Nuestra tradición es reunir a la familia en torno a la mesa, celebrando la vida y los pequeños momentos.
Trabajamos la tierra con profundo respeto hacia el paisaje y el clima cambiante de cada estación. El paso de las estaciones no solo define la naturaleza de nuestro vino, sino también el ritmo de nuestras vidas, marcando cada etapa de crecimiento de nuestras uvas. Cavalla no es solo una bodega; es un reflejo de nuestra conexión con la tierra y el legado de generaciones que han vivido para compartir esta pasión con el mundo.


EL ORIGEN
DE NUESTRAS UVAS
Las uvas utilizadas en Cavalla provienen de los prestigiosos valles del Maule y Colchagua, ubicados en el corazón del Valle Central de Chile. Estos valles ofrecen condiciones climáticas excepcionales, con suelos fértiles y un clima ideal que permite una maduración perfecta de las uvas, garantizando vinos de calidad superior.
Chile, con sus fronteras naturales —el océano Pacífico, la cordillera de los Andes, el desierto de Atacama y la Patagonia—, es uno de los pocos lugares en el mundo donde la filoxera, una plaga devastadora para los viñedos, nunca ha llegado. Esto ha permitido que nuestras parras mantengan un material genético ancestral, conservando variedades que en otras partes del mundo han desaparecido.
Una de las joyas de nuestra producción es el Carménère, una cepa que se creía extinta en el resto del mundo tras la llegada de la filoxera, pero que encontró en los valles chilenos su refugio. Las variedades francesas llegaron a Chile a mediados del siglo XIX, justo antes de que la plaga afectara los viñedos europeos, y desde entonces han florecido en este entorno único.
COMPROMISO CON LA COMUNIDAD
En Cavalla, nuestro compromiso va más allá de la elaboración de vinos excepcionales. Nos enorgullece trabajar mano a mano con productores locales, familias de agricultores que, al igual que nosotros, han dedicado generaciones a la viticultura. En un mundo donde las grandes industrias y las nuevas tecnologías han puesto en peligro a muchas de estas pequeñas explotaciones, en Cavalla creemos en la importancia de preservar esta tradición y cultura agrícola.
Nos esforzamos por apoyar a estas familias que, durante décadas, han trabajado con dedicación la tierra, enfrentando los desafíos del clima y el mercado. Con su profundo conocimiento del oficio, continúan produciendo uvas de calidad incomparable. Al asociarnos con ellos, no solo aseguramos ingredientes de primera calidad para nuestros vinos, sino que también contribuimos a la preservación de un legado que, de otra manera, podría extinguirse ante las presiones económicas actuales.
En Cavalla, creemos que la esencia de un buen vino proviene tanto de la tierra como de las manos que la trabajan. Por eso, nuestro compromiso es ayudar a mantener viva esta tradición familiar, brindando el apoyo necesario para que sigan floreciendo en medio de un mercado cambiante.
